La Comunificadora punto y seguido

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El programa de impulso La Comunificadora, de Barcelona Activa, gestionado conjuntamente por Free Knowledge Institute (FKI), Platoniq y Goteo ha llegado al final de su primera edición, y hace punto y seguido. El pasado 27 de enero se hizo la clausura con un encuentro de participantes, tutores y mentores de los 15 proyectos en el edificio MediaTIC.

«La sensación es que estamos abriendo un camino para promocionar y apoyar lo colaborativo», dijo Álvaro Porro, director del área d’Altres Economies, y se manifestó esperanzado para que surja complicidad entre los 15 proyectos que han participado. Esta apertura, añadió, también se ha de dar en la administración donde «tenemos que ver cómo casar dinámicas de colaboración» en entornos en los que tradicionalmente se promueve la rivalidad entre proyectos.

«Lo vemos como si fuera algo nuevo, pero el procomún ha estado siempre aquí, lo que podemos decir es que es como un nuevo cooperativismo conectado a las nuevas tecnologías», señaló Mayo Fuster, directora de investigación sobre economía colaborativa en el Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya (Dimmons). Fuster defendió que «cuando dicen, en la UE, que la principal forma de crecimiento será la economía colaborativa, esta economía somos nosotros. Así pues, no creamos marcos en los que nos automarginemos, somos la economía, la economía es eso «.

El programa comenzó con una llamada a proyectos y evaluadores, y la posterior selección de los 15 proyectos por parte de un comité de selección, explicó David Gómez de Free Knowledge Institute, quien hizo una síntesis de la experiencia. Se han creado cinco módulos de formación sobre diversos temas, entre ellos economía colaborativa y procomún; modelos de sostenibilidad y negocio; gestión del conocimiento; herramientas libres; competencias para emprender y conocimiento; aspectos legales y alternativas de financiación, temas que han quedado recogidos en un campus Moodle. «También hemos utilizado la plataforma wiki, Teixidora, para poner cada proyecto y como repositorio de los apuntes tomados en las sesiones. Los talleres de co-creación, sobre la base de la herramienta wotify.eu, con el canvas de modelo de negocio social, fueron clave para hacer evolucionar los proyectos «.Un total de 23 personas hicieron 60 sesiones de mentoría a los 15 proyectos, que evolucionaban acompañados por uno de los cinco tutores del programa. Todos juntos, tutores, mentores, participantes y otras personas de la comunidad que trabaja o tiene interés en el procomún, se han encontrado en tres «Meetup», en los que se ha recogido las presentaciones de los proyectos en vídeo, y se ha hecho un ejercicio de retorno con aportaciones al feedback canvas de Wotify.eu. Estas aportaciones se hicieron pegando post-its a los canvas de cada proyecto a la vez que se transcribían para visualizarlas de forma combinada en el momento, a Teixidora. Dentro del programa los participantes han podido tener acceso a otros recursos de Barcelona Activa, como la Oficina de Atención a la Empresa, y después del programa cada uno recibirá orientaciones sobre qué recursos utilizar en función de sus necesidades.

Los proyectos han aprovechado la formación, las mentorías y los encuentros (meetup), y han aplicado la teoría a la práctica, subrayó Wouter Tebbens, también de Free Knowledge Institute. Algunos se han comprometido a compartir conocimiento con licencias libres y abiertas (Katuma, Aquapioneers, Upcycling de barri, Libre Banco). Todos buscan modelos de negocio o tienen modelos de producción con algún elemento colaborativo y de producción entre iguales, y eso es distintivo. En el modelo de financiación, tenemos plataformas que se basan en ser socio de consumo y pago por uso (Som Mobilitiat), otros exploran modelos como la suscripción (Katuma), las donaciones (Lendi) o complementar la actividad principal con la venta de productos o servicios (Aquapioneers, Upcycling de Barrio). «Se identifica una gobernanza con una mayor democracia, con participación, en red y en abierto, y modelos diferentes como por ejemplo cooperativas de plataforma. Trabajando en abierto siempre es posible que se replique el proyecto y esto se puede ver como una amenaza o como una fuerza, porque nos obliga a ser honestos, pero también tiene un potencial transformador y descentralizador, que hace más posible aún generar un impacto «.

Algunos proyectos optan, como modelo de financiación, por el crowdfunding (Som Mobilitat, Aquapioneers, Katuma), «es un modelo ético, colectivo, comprometido», apuntaba Tebbens. Y otros, por su carácter transformador, se encuentran en tensión con las regulaciones y deben buscar vías para encontrar su encaje o proponer cambios (Cooplabora, Libro Banco). Pero todos son proyectos valientes y capaces de generar esta transformación. Ojalá los proyectos participantes en La Comunificadora lleguen a generar este impacto y sean un caso de estudio para el futuro. «Esta capacidad de aplicar a la teoría a la práctica, -explicaba- se ha dado porque el proceso ha sido regido por una visión holística, en un marco integral de diferentes ejes, con la co-creación en el centro, con metodologías agile, canvas de modelos de negocio y herramientas para facilitar la colaboración».

Griselda Casadellà, que impulsa el medio digital «Replicant» -el cual tratará sobre el impacto que la tecnología tiene en la sociedad- dijo que en el programa de impulso «hemos dado los primeros pasos, hemos comprobado que el proyecto es pertinente, que el enfoque es relevante, y que hay necesidad de un medio digital como el que proponemos». Estar en La Comunificadora les ha ayudado a encontrar nombre a su proyecto, a decidir la forma jurídica «somos un proyecto autónomo dentro de una cooperativa ya constituida«, la estructura del equipo donde «todos los colaboradores serán pagados», y están buscando recursos a través de múltiples sistemas de financiación. También han pensado cómo será la plataforma, «tenemos un diseño inicial del backend» y «nos basaremos en plataformas en software libre y de publicación de noticias». Y han planificado los primeros pasos, empezando por publicar un boletín.

Según Javier Velasco del proyecto Lendi, una comunidad para el intercambio de cosas, «nuestro paso por La Comunificadora ha sido súper productivo, hemos afianzado la idea del proyecto, le hemos dado forma, íbamos muy perdidos con la forma jurídica, hemos recibido mucha ayuda para encontrar el modelo de financiación, y lo mejor son las mentorías, poder tener gente especializada que te dedica toda su atención durante un rato». Lendi concluye su participación en el programa con una estrategia a corto plazo muy definida: lanzamiento de una app móvil en dos meses, un modelo de financiación en 6 meses, y conseguir 300 Lendi lovers (como llama a los usuarios más activos de la comunidad de intercambio) a finales de 2017, «porque no se trata de llegar a muchos usuarios, lo que es clave son las personas enamoradas del proyecto».

Al proyecto Katuma, Enrico Stano y Sergi Alonso de CoopDevs, una iniciativa para ofrecer una plataforma a las cooperativas de consumo para comprar directamente a los productores, estandarizar los procesos y hacerlo de manera participativa, «tenemos claro las personas y el desarrollo que nos falta para tenerlo todo preparado» y entonces, probablemente, hacer una campaña de micro-mecenazgo. «Todo el mundo que ha participado en La Comunificadora quiere pasar del plano de las ideas a un terreno más práctico y eso es muy difícil, porque no todo es económico, aportamos un valor social», por eso es importante trabajar juntos. Uno de los grandes retos, indicaron, es que en el sector de los grupos de consumo hay muy poca gente activa en el mundo digital, se están poniendo en contacto y hablando con cada grupo mientras, paralelamente, están desarrollando un Software Libre que responda a sus necesidades y del que en las próximas semanas publicarán una versión Alfa.

Este proceso que han seguido otros 12 proyectos, concluyó Mauricio O’Brien de Platoniq, «ha sido impresionante para nosotros también, los resultados han sido espectaculares, poderlos acompañar hasta aquí ha sido brutal, y nos queda mucho trabajo por hacer». Ernest Pons, que desde Barcelona Activa se ha encargado de hacer realidad el programa, manifestó su agradecimiento a los participantes, por su capacidad de adaptación y subrayó que la experiencia se repetirá haciendo todas las mejoras posibles, gracias a los aprendizajes realizados en esta primera edición.

Por eso La Comunificadora hace sólo un punto y seguido, porque los proyectos impulsados continúan evolucionando, abriendo campañas de microfinanciación, encontrando otras vías para crecer y consolidarse, y también porque continúa la apuesta por una economía colaborativa orientada al procomún, la cooperación y la equidad.