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Articulo publicado en La Vanguardia el 14 de junio del 2007.

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En las ltimas semanas el director de una pequea escuela de un pueblo de los Urales ha sido noticia en todo el mundo. En 2005 su escuela invirti en 16 ordenadores para iniciar a sus alumnos en la era digital. Estos ordenadores llegaron con el software de Microsoft preinstalado aunque aparentemente algunos no disponan de licencia. Por ello ha sido juzgado por piratera y se ha enfrentado a una pena de hasta 5 aos en Siberia y 266.000 rublos (unos 8.000 euros) de multa.

Esta historia debe leerse en un doble contexto. Por un lado, dada su inminente entrada en la Organizacin Mundial del Comercio (OMC), Rusia quiere demostrar que se toma en serio la aplicacin de las leyes antipiratera cuando se estima que el 83% de los usuarios en este pas no disponen de licencia. Por otro lado, Microsoft lanza una advertencia al mundo: copiar software sin licencia es ilegal y arriesgado.

Si analizamos ms a fondo esta historia, surgen de inmediato cuatro cuestiones clave sobre la ley del copyright o derecho de autor en la era digital, as como sobre el uso de software propietario en las escuelas. Por software propietario se entiende cualquier programa informtico con limitaciones de uso, estudio o mejora. En concreto, el software propietario no suele dar acceso al cdigo fuente y, por lo tanto, no permite ser estudiado ni mejorado.

Primero: qu estamos enseando en la escuela? por qu enseamos a nuestros hijos a utilizar el ordenador exclusivamente con el software de Microsoft? Tal situacin de monopolio, a escala mundial y fomentada desde las escuelas, no tiene precedente. Del mismo modo que no se ensea a pintar con colores de una nica marca, tendramos que exigir que no se ensee a usar el ordenador y acceder a internet con las herramientas de un solo proveedor.

La segunda pregunta que nos plantea esta historia es: dada esta situacin, quin puede pagarse la entrada a la era digital? Este profesor, con un sueldo aproximado de 150 euros, y su escuela, con un presupuesto acorde, posiblemente no. Pagar por el software en la era digital es como pagar para poder hablar. En un contexto de monopolio por parte de un software propietario, esto implica que slo los ricos pueden, una vez ms, hablar. Una gran parte del mundo queda, pues, excluida de este privilegio. Esto resulta todava mas paradjico si tenemos en cuenta que el coste para reproducir el software se ha reducido prcticamente a cero.

La tercera pregunta que es importante hacerse es: quin es responsable o quin est detrs de la aplicacin de la ley del copyright? Nuestra historia es, en este sentido, paradigmtica. Por un lado, Gorbachov escribi una carta a Bill Gates pidiendo clemencia hacia el pobre director y Putin sali a la defensa de los consumidores indefensos. Por otro, Microsoft respondi que ellos no tienen nada que ver con la aplicacin de las leyes antipiratera.

Ms all de declaraciones publicitarias, esta situacin nos ensea que debemos tener cuidado con las leyes que creamos. Porque a travs de determinadas leyes podemos llegar a construir un mundo sin verdugos aparentes (aunque obviamente, en este caso, estaban detrs la ley y el sistema judicial ruso, la OMC y con ella las grandes corporaciones como Microsoft.) pero s vctimas.

Cuarto y ltimo: es la violacin del copyright un crimen? Su penalizacin implica criminalizar a la mayora de la poblacin puesto que, de hecho, muchos de nosotros hemos descargado alguna vez en la vida fotos, vdeos, msica o software protegidos por copyright.

Dejando de lado las cuestiones prcticas, hay una cuestin de principio: el copyright impide el copiar y compartir. Esto lleva a situaciones donde, por ejemplo, es ilegal abrir una pgina web sin permiso o prestar un libro digital a un amigo. Penalizar el copiar y compartir implica, en el fondo, compartimentar y limitar el conocimiento. Slo adquiriendo los conocimientos de otros, podemos llegar a crear nuevas ideas. Si prohibimos el copiar y compartir, limitamos, por lo tanto, el saber e inventar.

De estas cuatro preguntas se desprende que el software, como muchos otros instrumentos del saber y del comunicar, debera ser por definicin libre. Libre quiere decir: libre de usar, estudiar, copiar y mejorar. Esta es de hecho la alternativa que representa el Software Libre. Lejos de ser una quimera, el Software Libre ofrece ya todas las aplicaciones necesarias, desde ofimtica y sistemas de gestin empresarial a aplicaciones educativas, para poder trabajar y participar en la era digital.

Pero que nadie se equivoque. El Software Libre no es software de beneficencia. Hay mucha gente que gana dinero con l, pero no vendiendo productos sino servicios. Bajo la filosofa del Software Libre los programas son ofrecidos libremente, pero para crearlos, adaptarlos o mejorarlos se necesita tiempo y especialistas. Este tipo de economa, que favorece por definicin a la pequea empresa local, se enfrenta a la resistencia de las grandes empresas multinacionales y con ellas de la OMC.

Volviendo a la historia con la que empezbamos este artculo, el juez ha acabado absolviendo al profesor y el gobierno ruso ha pagado los 8.000 euros para cubrir las licencias de software. Pero la pregunta es: qu va a hacer este profesor cuando tenga que renovar sus ordenadores? O, qu van a hacer sus estudiantes con lo aprendido? Invertirn varios sueldos en una licencia, dejarn de usar ordenadores por no poder pagarla, copiarn y usarn ilcitamente el software propietario o se lanzarn al Software Libre? El tiempo dir. Pero depende de nosotros que todo el mundo pueda participar en la era digital sin necesidad de convertirse en infractor o criminal.

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